Amelia Moreno (1947 – 2011) desarrolló su obra artística entre Madrid, Nueva York y Quintanar de la Orden (Toledo), su pueblo natal. De formación autodidacta, se instaló en Madrid en la década de los 70, realizando una intensa actividad como miembro del colectivo Familia Lavapiés, con el que impulsó numerosas acciones y performances de carácter político y clandestino en el contexto de la transición democrática del país. La Familia Lavapiés ha sido incluida en exposiciones retrospectivas sobre el arte político de la época en los museos MACBA de Barcelona y Reina Sofía de Madrid.
En la década de los 80 se traslada a Nueva York, en un viaje de retorno a la pintura, en el que el Expresionismo Abstracto de los años 50 le proporciona las claves para su propio desarrollo. Su pintura se centra en la evolución hacia una especie de caligrafía que transmitía tanto el pulso vital de la artista, como la energía efímera y ambigua del mecanismo de la percepción visual. El desarrollo vital de su obra quedó registrado en exposiciones en galerías de Nueva York, como la Westbroadway o Barbara Walter, así como en las salas October y Belgrave de Londres, las galerías Villamar y Edurne de Madrid, y centros como el Circulo de Bellas Artes (Madrid), el Museo de Santa Cruz (Toledo) o el Museo de Ciudad Real.
Fundó e impulsó desde 2004 los Encuentros de Artistas del Espacio-Arte El Dorado en su pueblo natal, un proyecto de creación multidisciplinar instalado en una antigua destilería, rebautizado desde 2007 como la Fundación Amelia Moreno.
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